Israel: un viaje lleno de contrastes

El Estado de Israel se constituyó oficialmente en 1948, lo que lo convierte en un país de reciente creación. Esto se traduce en una fusión de antigüedad y modernidad casi única en el mundo y que enriquece a cualquier persona que busque un viaje lleno de contrastes.

Israel se encuentra a medio camino entre Europa y Asia, creando esa mezcla perfecta entre Oriente y Occidente. Por otro lado, lo bueno de Israel son sus dimensiones; un país pequeño que se puede visitar en pocos días y que ofrece al visitante variados paisajes con numerosas propuestas. En esta entrada de nuestro blog hablaremos de dos de las ciudades más importantes de Israel: La cosmopolita ciudad de Tel Aviv y la ciudad santa por excelencia, Jerusalén.

Tel Aviv

Ciudad contemporánea, vanguardista y cosmopolita donde las haya. Tel Aviv puede llegar a ofrecer todo lo que un viajero busque para su viaje perfecto.

Si tu idea es el relax… sus playas soleadas y el paseo marítimo (conocido como Tayelet) ofrecen esa tranquilidad. Por el contrario, si buscas algo más animado te recomendamos comenzar por el Mercado de las Pulgas; una maraña de calles estrechas y descuidadas donde se encuentran las cafeterías y restaurantes más alternativos. Es el sitio perfecto para arrancar la gran oferta de ocio nocturno que ofrece Tel Aviv.

Pero no hace falta moverte de ciudad para apreciar el contraste, Tel Aviv ofrece en su interior la antigüedad y tradición con su barrio de Jaffa. Te recomendamos visitar su increíble puerto, recorrer sus estrechas calles empedradas y ojear sus galerías de arte.

Jerusalén

Jerusalén es la cuna de las tres religiones más importantes del mundo: el cristianismo, el judaísmo y el islam. Cabe destacar tres visitas imprescindibles de la ciudad con cada una de las religiones.

Para los cristianos, recorrer la vía Dolorosa o visitar el Santo Sepulcro supone un recorrido espiritual de los últimos pasos de Cristo.

Para los musulmanes, la Cúpula de la Roca es la visita por excelencia de Jerusalén. Su color dorado refleja la luz del sol creando un reflejo increíble al anochecer.

Para los judíos, su símbolo es la pequeña parte que se mantiene en pie del Gran Templo del rey David. Nos referimos al conocido Muro de las Lamentaciones.

Muro de las Lamentaciones

A pesar de esta imagen de Ciudad Santa, Jerusalén contrasta con los numerosos turistas que la visitan cada día. Lo que hace que Jerusalén también resulte atractiva a los ateos y se convierta en un destino que deja huella a cualquier viajero.

Echa un vistazo a nuestros viajes para conocer Israel y la ciudades de Tel Aviv y Jerusalén: